Consejos básicos para cuidar tus joyas en verano del sudor, agua del mar y piscina.
Llegando el verano, la ropa es más ligera y liviana, deja más expuesto nuestro cuerpo y nos permite disfrutar más de las piezas de joyería que tenemos, sobre todo, pulseras y gargantillas, que en invierno, apenas se ven.
Pero, ¿que ocurre si las llevas a la playa o a la piscina? o el inevitable sudor,¿pueden dañarlas?
Dependiendo de lo que estén fabricadas nuestras joyas, soportarán mejor unas circustancias que otras.
- Solo las joyas realizadas en oro de ley (18 quilates) soporta de forma continuada la utilización de ellas en todas las condiciones posibles. El oro es un metal nobleque, por su composición química es muy estable, resistente a la corrosión y a la oxidación. Por lo que el sudor, el agua del mar o el cloro de la piscina no le afectan. Sólo si la pieza es delicada por su antigüedad o fineza, el rozamiento continuado de la arena de la playa puede erosionar tu joya favorita. Aparte es el oro blanco, ya que normalmente tiene un baño de rodio para resaltar el color, así que no tiene el mismo aguante a los elementos.
2. Al mismo nivel de resistencia encontramos a los diamantes. Gema de origen mineral compuesta por carbono y muy estable, es el material más duro del mundo. Por tanto, le sucede como el oro, resiste de forma excelente las inclemencias del verano. Pero hay que recordar que, ser el material más duro (no se raya) no significa que no se pueda romper (fragilidad), por lo que hay que tener cuidado con grandes golpes sobre la piedra en sí.
3. La plata es un tema a parte. La experiencia diaria detrás de un mostrador nos enseña que la plata, otro metal noble como el oro, pero más blando que éste, se comporta de forma diferente en cada persona. Dependiendo del sudor de cada persona, la plata entra en estado de oxidación, oscureciéndose en el uso diario y saliendo esa patina característicamente oscura. Sin embargo, el agua de la playa y el cloro dejan las piezas de plata con un color muy bonito, brillante y lucido. Sólo hay que tener cuidado con el roce continuo con la arena o el suelo, por su maleabilidad, para evitar deformar o arañar.
4. No aconsejamos gemas preciosas como metales dorados en oro para la playa o la piscina. Las primeras, sobre todo, las de origen orgánico, sufren mucho con el contacto del sudor, agua del mar y clorada. Las que son minerales, son más duras, pero algunas incluso pueden cambiar de color a la larga con una larga exposición al sol como algunos topacio de color. En caso de los metales chapados, al sólo tener una capa de unas cuantas micras en la superficie, quedan muy expuesta a los agentes externos, se oxidan y empieza su desgaste.